Capítulos:
Capítulo 2 – Yo vengo con una espada
Capítulo 3 – La piedra de fundamento
Capítulo 7 – Crucifixión y Resurrección
Capítulo 8 – Ningún otro Dios 1
Capítulo 9 – Tu voluntad sea hecha
Capítulo 10 – Sean oídos que oyen
Por Neville Goddard – 1956
Capítulo 1- Yo Soy
“Mi Padre es aquel que los hombres llaman Dios, pero yo conozco a mi Padre, y los hombres no conocen a su Dios.”. Mi Padre y tu Padre son Uno. “Escucha, Oh, Israel, el Señor nuestro Dios es Uno, un solo Señor”. “Yo y mi Padre somos Uno.”
Un Padre nos hizo a todos para vivir, movernos y tener a nuestro ser en ÉL, el Único. ¿Quién es, entonces, el único que tenemos en común? La sola y única cosa que todos los hombres tienen en común es esto: que todos los hombres saben que ellos SON. Esta afirmación de que SOMOS, esta consciencia, es nuestro Padre.
No existe lugar al que el hombre pueda ir y no saber que él es. “Si tomo las alas del alba, y si vuelo hacia las partes más remotas de la tierra, tú estarás allí”, Yo sé que Yo Soy.
“Si preparo mi cama en el infierno” – Yo sé que YO SOY. Si yo sufro de amnesia y me olvido completamente de mi identidad humana, todavía yo sabré que YO SOY. Es imposible para el hombre saber que él no es. Tú puedes decir ‘YO no SOY eso”, pero no puedes decir “YO NO SOY”, porque tu mismísimo saber es una declaración de que tú eres.
Entonces, ya sea que afirmes que lo eres o no, en realidad estás afirmando que lo eres. Así, el hombre siempre dice YO SOY. Este saber que somos, esta conciencia, es Dios Padre. En el momento en que esta conciencia incondicionada se condiciona al afirmar ser esto o lo otro, se produce una diferenciación dentro de esta conciencia informe, y nuestro Padre impersonal (Nuestro yo real) se personifica como aquello que hemos concebido que somos.
Esta presencia impersonal que somos, puede ser igualada al espacio, porque el espacio, aunque no tenga forma, le da forma a todo. Si el espacio sin forma fuera extraído del libro que tú estás leyendo, del cuerpo que tú llevas puesto, de la tierra en la que te paras, todo desaparecería.
La Conciencia, aunque no tiene forma, da forma a aquello de lo que es consciente de ser, pero desde el momento en que tú retiras tu realidad sin forma, o conciencia, de tu concepto de ti mismo (la forma que llevas puesta), este concepto desaparece. Un concepto permanece como una realidad formada, solo mientras que la realidad invisible lo lleve puesto.
“Mi Padre es Espíritu (Sin Forma) y aquellos que lo adoran, deben adorarlo en Espíritu y en Verdad.” “Yo y mi Padre somos Uno”. Mi Conciencia de ser es el Padre sin forma, quien da forma a aquello de lo que soy consciente de Ser, y al hacerlo pierde su presencia sin forma y sin nombre, en la forma y naturaleza de su concepto de sí mismo.
Al igual que el agua pierde su identidad cuando es mezclada con cosas y aun así permanece pura cuando se la extrae a través de la destilación, así también la conciencia, la “No-cosa” se pierde a sí misma en cosas-conceptos de sí misma, y permanece siendo el inmaculado ser, a través de destilación espiritual. Tú eres espiritualmente destilado o extraído de tu concepto de ti mismo, cuando dejas de identificarte con ese concepto.
Ahora que habéis encontrado que éste es vuestro Padre, el Eterno Ahora, YO SOY, no volváis al estado pródigo a mendigar las migajas de la vida. Recordad a vuestro Padre, el AHORA, la única realidad.
Proclama que eres ahora, en este momento, lo que deseas ser e independientemente de cuál sea tu reclamo, tu Padre, la conciencia de que es Ahora, te lo dará al convertirte en la cosa reclamada, pero debes pedírselo de esta manera.
Se consciente de SER aquello que tu pides. No busques más a tu Padre en el tiempo y espacio, porque tu Padre es la Consciencia que es ahora. “Yo y mi Padre somos UNO, pero mi Padre es más grande que Yo.” Mi Conciencia y aquello que Yo Soy Consciente de ser son uno, pero Yo Soy más grande que aquello que Yo Soy Consciente de Ser. El que concibe siempre será más grande que su concepción. El Padre (la Conciencia) es más grande que su Hijo (El Concepto de sí mismo).
Ahora tus ojos están abiertos. Tu Padre, Dios Todopoderoso, ha sido revelado a ti como tu propia Conciencia de Ser.