Capítulo 3 – La piedra de fundamento

“Busquen primero el Reino de los Cielos, y todas estas cosas les serán añadidas.” Encuentra la causa de las cosas, y tú habrás encontrado el secreto de la creación. Has escuchado decir: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”, y que: “Todas las cosas fueron hechas por ÉL; y sin ÉL nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Nadie cuestiona la verdad de esta declaración, pero lo que uno sí quiere saber es – “¿Quién es Dios, y dónde está Dios localizado?” En respuesta al Quién, se les dijo, “YO SOY Dios, YO SOY el Señor, YO SOY me ha enviado (el hombre Moisés) ante ustedes.”. Respecto a la locación de Dios, se te dijo: “El Reino de Dios está dentro de ti.” Estas dos respuestas identifican a Dios como tu Conciencia de SER, y lo localiza a él donde tú estés consciente de SER. Estar consciente de ser, es declarar silenciosamente: “YO SOY”. Mientras lees esta página, tú eres consciente de ser.

Esta consciencia, este estar consciente de SER, es Dios el Creador. La Conciencia es esa profundidad sin forma en la cual todas las cosas viven, se mueven y tienen su ser, y fuera de la cual las cosas no tienen realidad. Este es el secreto de la declaración: “Antes de que Abraham existiera, YO SOY, antes de que el mundo existiera, YO SOY, y cuando todas las cosas dejen de existir, YO SOY.”

La Conciencia de SER, antecede todos los conceptos de sí misma, y permanece en su Ser sin forma cuando todos sus conceptos dejen de existir. El creador debe anteceder a la creación, así como el que concibe debe anteceder sus conceptos. La Creación comienza y termina en el Creador. La Conciencia es el secreto de toda manifestación. Cada creación atraviesa tres etapas en su desarrollo: Concepción, crucifixión, y resurrección. Ideas, deseos, y ambiciones son todas concepciones moviéndose dentro del ser inamovible, YO SOY. La Conciencia es el Padre, y todas las concepciones de sí misma son hijos dando testimonio de su Padre. Por lo tanto: “Yo y mi Padre somos uno, pero mi Padre es más grande que Yo”. El que concibe y la concepción son uno, pero el que concibe es más grande que su concepción.

La Conciencia es incondicionada. Estar consciente de ser algo o ser alguien es condicionar lo incondicionado. Aquello que es definido es menos que el que lo define. La Conciencia de SER es el Dios Todopoderoso, el Eterno Padre, y sobre sus hombros está el gobierno del mundo. La Conciencia sostiene y dirige a todas las cosas de las cual está consciente de Ser. La Conciencia de Ser es el eterno útero embarazándose a sí mismo a través del medio del deseo. Estar consciente de una necesidad o un deseo es haber concebido. El creer, al sentirte a ti mismo (El Sin forma) siendo la cosa deseada, es haber sido crucificado sobre la forma de la cosa sentida. Continuar en esa creencia, sintiendo que tú ya eres ahora la cosa deseada, hasta que todas las dudas desaparezcan y una profunda convicción nazca de que eso YA es así, es ser resucitado o elevado visiblemente hacia la expresión de la naturaleza de la cosa sentida.

En este mismo momento tú estás resucitando o expresando aquello que eres consciente de ser. “YO SOY la resurrección y la vida”. YO Estoy ahora, exteriorizando en imágenes en el mundo que me rodea, como una realidad viviente, aquello que ahora yo soy consciente que YO SOY, Y continuaré haciéndolo hasta que no cambie mi concepto de mí mismo. Así que tu respuesta en la Conciencia, a la eterna pregunta: “¿Quién Soy YO?”, determinará a tu mundo y a cada expresión suya. Comienza ahora, a darte cuenta que el YO SOY es el Señor Dios todopoderoso, y que fuera de MI (tu consciencia) no existe otro Dios. No es: “Yo, Juan Pérez, soy Dios”, sino YO SOY, o sea la conciencia de SER, es Dios. Juan Pérez es solo su actual limitación, o concepto de sí mismo. Yo Soy lo ilimitado expresándome a través del limitado concepto de mí mismo. Para cambiar la expresión, cambia el concepto de ti mismo, pero hazlo verdaderamente, no en palabras. Es decir, aleja tu atención completamente de tu presente limitación, y colócala sobre el nuevo concepto, hasta que la Conciencia, tu verdadero ser, se pierda en la creencia o convicción de que YO SOY aquello que YO SOY.

Esto es el volver a vestir o el volver a nacer de tu Ser sin forma y sin nombre. Tu verdadero ser, es un ser que ningún hombre ve, y quien no se ve a sí mismo, sino que solo ve a su concepto de sí mismo. “En el principio”, ahora, en este momento, la idea o deseo está nadando por allí en tu conciencia, buscando ser encarnado. Antes de que el deseo pueda ser realizado o resucitado, primero debe convertirse en una cruz o un punto fijo sobre el cual la conciencia es clavada. La Conciencia es la única realidad viviente, el único poder que resucita. Así que para darle vida a mi deseo, yo debo, en la Conciencia, hacerme consciente de ser la cosa deseada. “Que haya un firmamento en el medio de las aguas” (Génesis 1: 6). En el medio de las aguas o de la Conciencia sin forma, que haya una firmeza o convicción de que YO SOY la cosa deseada. Continúa parándote sobre esta convicción o cruz, y de maneras que tú como hombre no conoces, realizarás o resucitarás tu deseo. La vida o La Conciencia tiene maneras, caminos que el hombre (la concepción) no conoce, y sus caminos son indescifrables. El presente concepto de sí misma de la Vida, como hombre, es una máscara que lleva puesta. Dentro de este ser que tú crees que eres, está tu Ser sin nombre: YO SOY.

El fundamento de toda expresión es la conciencia, y ningún hombre puede poner otro fundamento. Por mucho que el hombre lo intente, él no puede encontrar otra causa para las manifestaciones que no sea que Dios es la Conciencia de Ser. El hombre piensa que ha encontrado la causa de la enfermedad en los gérmenes; la causa de la guerra en ideologías políticas conflictivas y la avaricia. Y tales descubrimientos del hombre, así como fueron catalogados como la esencia de la sabiduría, son tonterías ante los ojos de Dios. Existe sólo un poder y ese poder es Dios (La Conciencia). Ella mata, ella da vida, ella hiere, ella sana, ella hace todas las cosas buenas, malas o indiferentes.

Un prisionero debe tener un encarcelador, y un esclavo debe tener un amo. Una nación que se siente a sí misma encarcelada, creará automáticamente a un dictador. No podrías eliminar a un tirano con destruirlo, de la misma manera que no podrías eliminar a tu reflejo con destruir al espejo. La Conciencia de una nación produce a sus líderes. Aquello que es verdad de una nación es verdad del individuo, porque las naciones están hechas de individuos. El hombre se mueve en un mundo que no es nada más ni menos que su conciencia materializada. Sin saber esto, él hace guerra contra sus reflejos mientras mantiene viva a la luz y a las imágenes que expresan esos reflejos. “YO SOY la luz del mundo”. YO SOY (La Conciencia es la Luz). Aquello que soy consciente de ser (mi concepto de mí mismo) tales como: Yo soy rico, Yo soy saludable, Yo soy libre – son las imágenes.

El mundo es el espejo magnificando todo lo que YO SOY consciente de Ser. Deja de intentar cambiar al mundo, es tan solo un espejo diciéndote a ti quién Eres.

El hombre que es consciente de ser libre o preso, está expresando aquello que él es consciente de ser. No me importa qué problema tengas tú según el diagnóstico de los hombres. Un problema podría existir hace siglos, y aún así yo sé que desaparecerá en un abrir y cerrar de ojos, si tú sigues fielmente estas instrucciones.

Pregúntate a ti mismo esta simple pregunta: ¿Cómo me sentiría si yo ya fuese libre? En el mismísimo momento en que tú preguntes sinceramente esta pregunta, la respuesta vendrá.

Ningún hombre puede decirle a otro cómo ese otro se sentiría si su deseo fuese de repente realizado. Pero todos sabrían como ellos mismos se sentirían, porque dicho sentimiento, sensación, es automático.

El sentimiento/sensación o excitación que nos viene como respuesta a esta auto-pregunta, es el estado de Conciencia o Piedra Fundamento del Padre, desde el cual vendrá la cosa sentida. Exactamente cómo esta cosa se materializará, nadie lo sabe, pero lo hará, porque el Padre (la Conciencia) tiene caminos que ningún hombre puede descifrar.

Haz al nuevo sentimiento, a la nueva sensación, natural, al vestirte con ella. Todas las cosas expresan su Naturaleza, así que tú debes vestirte con este sentimiento/sensación hasta que se convierta en tu Naturaleza. Podría llevarte un momento, o un año, depende completamente de ti. En el momento en que todas las dudas desaparezcan, y tu sientas ‘YO SOY esto’, tú comenzarás a dar fruto de la naturaleza de la cosa que ahora sientes que eres. Cuando una persona compra un nuevo sombrero o un nuevo par de zapatos, él piensa que todos saben que son nuevos. Él no se siente natural con ellos, hasta que los lleva puesto por tiempo suficiente como para hacerlos naturales. Lo mismo se aplica en llevar puesto el nuevo estado de Conciencia.

Cuando te preguntes a ti mismo, “¿Cómo me sentiría si mi deseo fuera en este momento realizado? La respuesta automática es tan nueva que tú sientes que no es tuyo, que eso no es verdad. Por lo tanto, tu instantáneamente desactivas este estado de conciencia, e inmediatamente vuelves a tu problema porque se siente más natural. Sin saber que la Conciencia está eternamente materializándose a sí misma en las condiciones que te rodean – Tú, como la esposa de Lot, miras atrás volviendo a tu problema y una vez más te hipnotizas por su naturalidad. ¿Acaso no escuchas las palabras de Jesús (La Salvación)? Que dice: “Dejen todo y síganme a mí”.

“Dejen que los muertos entierren a los muertos.”. Tal vez tu problema te tiene tan hipnotizado por su aparente realidad y naturalidad, que te parece muy difícil vestirte con el nuevo sentimiento, o conciencia de tu salvador, pero tú debes vestirte con él si quieres ver resultados. La piedra (Conciencia) que los edificadores desecharon (con la que no quisieron vestirse) es la Piedra Principal del ángulo, y ningún otro fundamento puede establecer el hombre.