“Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” Aunque muchos miran a esta declaración como la más cruel e injusta de todo lo dicho por Jesús – creándose en el mundo como consecuencia, todas las frases populares como: ‘Los ricos obtienen más riquezas, y los pobres obtienen hijos; aquel que tiene, obtiene’, etc.- Aun así, esta sigue siendo la ley más justa y misericordiosa basada sobre un principio incambiable.
Dios no hace excepción de personas. Dios, como ya hemos descubierto, es aquella Conciencia incondicionada que le da a cada uno de todos nosotros, aquello que somos conscientes de ser. Estar consciente de ser o de tener cualquier cosa, es Ser o Tener aquello que estás consciente de ser. Sobre este Principio incambiable descansan todas las cosas. Es imposible para cualquier cosa ser otra cosa que aquello que es consciente de ser. “Al que tiene (aquello que es consciente de Ser) se le dará” – sea bueno, malo o indiferente. No importa qué es lo que estás consciente de ser, tú recibirás una medida buena, apretada, remecida y rebosante, de todo lo que eres consciente de Ser. Y conforme a la misma ley incambiable: “y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. Así que los ricos sí se hacen más ricos, y los pobres se hacen más pobres. Sí, al que tiene se le dará.
Tú no puedes expresar aquello de lo que no estás consciente de Ser. Tú no puedes servir a dos amos. Tu amo es eternamente aquel estado de conciencia con el cual tú estás identificado. Por lo tanto aquello que no está en tu conciencia se le es quitado – (porque nunca fue parte de ella) y se lo suma a aquella conciencia que está consciente de serlo. Todas las cosas gravitan hacia esa conciencia con la que están en sintonía, y de la misma manera, todas las cosas se extraen a sí mismas de aquella consciencia con la cual no están en sintonía. Así que en vez de unirte al coro de los que no tienen, quienes insisten en destruir a aquellos que sí tienen, reconoce a esta incambiable ley de expresión, y afirma conscientemente que ya eres aquello que has decidido ser. Luego de haber tomado tu decisión, y de que tu afirmación consciente se haya establecido, continua en tu confianza segura hasta que recibas tu recompensa. Porque así como el día sigue a la noche, tú recibirás aquello que tú has afirmado conscientemente para ti.
Por lo tanto, aquello que para el mundo dormido ortodoxo parece ser una cruel e injusta ley, se transforma para el iluminado, la más misericordiosa y justa declaración de la verdad. “Yo he venido no para destruir, sino para cumplir.”
Sabiendo que Dios no destruye nada, asegúrate de que tú eres eso, afirma que tú ya eres aquello que quieres que él llene por completo. Nada es destruido. Todo es cumplido.