“Haz que estas palabras penetren en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.” No seas como aquellos que tienen ojos y no ven, y oídos pero no oyen. Haz que estas revelaciones penetren profundamente tus oídos. Porque luego de que el hijo (idea) es manifestada, el hombre con sus valores falsos (razonamiento) intentará explicar los cómos y los porqués de la expresión del hijo (idea manifiesta), y al hacerlo lo destrozará en pedazos. Cuando los hombres hayan acordado que cierta cosa es imposible de hacer, permite que alguien logre la cosa imposible – y todos, incluso los sabios que decían que no podía hacerse- comenzarán a decirte por qué sucedió. Cuando ellos hayan terminado de romper la toga sin costuras (la causa de la manifestación), ellos estarán tan lejos de la verdad al igual que cuando proclamaban que era imposible.
Mientras que el hombre continúe buscando la causa de la expresión (de las manifestaciones) afuera del que las expresa, él buscará en vano. Por miles de años se le ha dicho al hombre: “YO SOY la vida y la luz del mundo”. “Ninguna manifestación viene a mí a menos que yo la atraiga”. Pero el hombre no puede creerlo, él prefiere creer en causas externas a sí mismo. En el momento en que aquello que era invisible se hace visible, el hombre está listo para explicar la causa y el propósito de su aparición. Por lo tanto, el Hijo del Hombre (las ideas de manifestación) está constantemente siendo destruido por las manos de los hombres (explicación razonable o sabiduría).
Ahora que tu conciencia ha sido revelada ante ti como la causa de toda expresión, no vuelvas a la oscuridad de Egipto con sus muchos dioses. Existe solo un Dios. El único Dios es tu Conciencia. “Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada. Más él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo, y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: ¿Qué has hecho?”. Si el mundo entero se pusiera de acuerdo en que una cosa no podría ser expresada, y tú te hicieras consciente de ser aquello que todos acordaron que no podría ser expresado – tú lo expresarías. Tu Conciencia nunca pide permiso para expresar aquello que tú eres consciente de ser. Lo hace tan naturalmente y sin esfuerzo, a pesar de la sabiduría de los hombres y la oposición de los ejércitos del cielo como de la tierra.
“No saluden a nadie en el camino” (refiriéndose al saludo militar a un oficial de rango superior), no es un mandamiento a ser insolente y antipático, sino un recordatorio en que no reconozcamos a un superior, ni que veamos a nadie como una traba a nuestra expresión. Porque nadie puede detener tu mano ni cuestionar tu habilidad de expresar aquello que tú eres consciente de ser. No juzguéis según las apariencias de una cosa, porque todas son insignificantes ante los ojos de Dios. Cuando los discípulos, juzgando según las apariencias, vieron al niño insano, ellos pensaron que era un problema más difícil de resolver que los otros que habían visto – así que fracasaron en obtener una cura. Al juzgar por las apariencias, ellos olvidaron que todas las cosas son posibles para Dios. Así como estaban hipnotizados por la realidad de las apariencias, no podían sentir la naturalidad de la sanidad.
La única manera para evitar estos fracasos, es constantemente recordarte en la mente que tú conciencia es la Presencia Todopoderosa, infinitamente sabia, que sin ayuda, manifiesta físicamente y sin esfuerzo alguno aquello que eres consciente de ser. Debes ser completamente indiferente a la evidencia de los sentidos, para que así puedas sentir la naturalidad de tu deseo y tu deseo será realizado. Dale la espalda a las apariencias, y siente la naturalidad de la perfecta sanidad, y la sanidad se encarnará a sí misma. Tu deseo es la solución de tu problema. Cuando el deseo es realizado, el problema se disuelve. Tus deseos son realidades invisibles que responden solo a los comandos de Dios. Dios comanda a lo invisible para que aparezca al clamar que él mismo es la cosa comandada. “Él se igualó a Dios y no lo consideró como un robo hacer las obras de Dios.” Ahora, “Haz que estas palabras penetren en vuestros oídos”, SE CONSCIENTE DE SER AHORA AQUELLO QUE QUIERES QUE APAREZCA.
fin.