Cada impresión debe convertirse en la afirmación de aquello que será. Decir que seré grandioso, o que seré libre es una confesión de que yo no soy grandioso y que yo no soy libre. Verte a ti mismo, convertirte en cualquier cosa, es saber que yo no soy esa cosa. Ser Impresionado, es ser Auto-presionado (en Ingles el juego de palabras es I’m-pressed, porque I’m significa YO Soy, es decir: Yo Soy presionado) es la primera persona, en tiempo presente. Todas las expresiones son el resultado de Im-presiones. Solo cuando pueda afirmar que yo ya soy aquello que deseo ser, podré expresar dichas declaraciones. Deja que todos tus deseos sean impresiones de aquello que ES, no de aquello que será. Porque YO SOY (tu conciencia) es Dios, y Dios es la plenitud de todo, soy el Eterno: “AHORA-YO-SOY”.
Las señales vienen luego, no se anteceden. Nunca verás las señales de aquello que es. No pienses en los mañanas, porque tus mañanas son las expresiones de tus impresiones del hoy. “Ahora es el tiempo aceptable. El Reino de los Cielos está cerca.” Jesús (la Salvación) dijo, “Yo Estoy con ustedes siempre.” Tu Conciencia es el salvador que está contigo siempre. Pero, si lo niegas, él te negará a ti también. Tú lo niegas al afirmar que él aparecerá en algún futuro, como millones hoy en día lo hacen cuando claman que la salvación está por venir, cuya afirmación es el equivalente a decir: “No estamos salvados”. Tú debes dejar de esperar a que tu salvador aparezca, al clamar que tú ya eres salvo ahora, y las señales de tu afirmación vendrán luego.
Cuando se le preguntó a la viuda: “¿Qué tienes en tu casa?”, hubo reconocimiento de substancia. Ahora, ella afirmó tener tres gotas de aceite, y no medidas vacías. Tres gotas se convierten en un manantial si lo afirmas. Porque tú conciencia magnifica todo lo que eres consciente de ser. Afirmar que yo tendré aceite (alegría) es confesar que yo tengo medidas vacías, y dicha conciencia de falta, producirá falta. Dios, tu Conciencia, no hace excepción de personas y solamente puede expresar aquello con lo que él es impresionado. Cada uno de tus deseos es determinado por tu necesidad. Los deseos son automáticos. Sabiendo que estás consciente del deseo, y que tú conciencia es Dios, deberías ver a cada deseo como la palabra hablada de Dios, hablándote sobre aquello que ya existe. “No pongan su confianza en el hombre, cuyo aliento está en su nariz”. Porque el hombre ve a su deseo como aquello que no existe. Siempre seremos aquello que somos conscientes de ser ahora, así que nunca más afirmes: “Yo seré eso”. Que todas las afirmaciones sean, de ahora en más: “YO SOY aquello que YO SOY”.
“Antes de que me llamen, yo ya he respondido”. Antes de que tengas tiempo para pensar, la solución de tu problema ya se te ha otorgado en la forma de tu deseo. El ciego, el rengo, el paralítico, todos automáticamente desean la libertad de su limitación. El hombre ha sido tan adoctrinado en la creencia de que sus deseos son cosas por las que tiene que luchar, que él, en su ignorancia, niega a su Salvador quien está constantemente golpeando a la puerta de la Conciencia para poder entrar. ¿Acaso tu deseo, si se realizara, no te salvaría de tu problema? Dejar entrar a tu Salvador es la cosa más fácil del mundo. Las cosas deben ser, para dejarlas entrar. Tú eres consciente de un deseo, por lo tanto, el deseo es algo de lo que estás consciente ahora. Tu deseo, aunque es invisible, debe ser afirmado por ti como algo que es real. “Dios llama a las cosas que no son (que son invisibles) como si ya fuesen”. La afirmación: “YO SOY ÉL (la cosa deseada) es permitir que tu salvador entre.
Cada deseo son los golpes del Salvador, a la puerta. Este golpe, todos los hombres lo escuchan. El hombre abre la puerta a él, cuando afirma: “YO SOY él”. Asegúrate de permitir que entre tu Salvador, al permitir que la cosa deseada se presione a sí misma en ti, hasta que seas Impresionado con el AHORAidad de tu Salvador, y exclama el grito de la Victoria: “Ya está terminado.”