Conferencia de Neville Goddard – Fecha: No registrada
El título de esta noche es: El “Retrato familiar”. Hace treinta y tantos años apareció una obra en Broadway llamada “Retrato familiar”. Era un estudio de Jesús y protagonizado por Margaret Webster y Judith Anderson. Ellas interpretaron los papeles de María Magdalena y María la Madre. La figura central – Jesús, nunca apareció en el escenario, como debería ser. Los hermanos aparecieron, trayendo las noticias de lo que había dicho y las reacciones de la multitud, y la preocupación de las dos Marías. Esto pasó por toda la obra durante sus dos horas y media o tres.
No sé si alguna vez salió, si alguna vez la viste, pero fue una perfecta y maravillosa presentación de este el más grande de todos los misterios, y de acuerdo con la historia, Él nunca apareció, porque Jesucristo no es lo que el mundo piensa que es.
Jesucristo es el patrón de comportamiento del Hombre. Es un patrón enterrado en cada niño nacido de la mujer. No hay descripción de Jesús en la Biblia, porque todos, un día, experimentarán la historia de Jesús en una experiencia en primera persona, singular, en tiempo presente, y él sabrá que él es el Señor Jesús Cristo.
Por lo tanto, no puedes identificarlo y tomar un rostro y decir: “Ese es Jesús”, porque eso no sería Jesús. Todos, con la misma cara que tienen ahora, se darán cuenta, “Yo soy Él”. Entonces, antes de que otros lo sepan, serán testigos de aquel que lo sabe. Cuando eres “nacido de arriba” y has experimentado toda la historia, y la cuentas, habrá quienes te crean y quienes no te creerán.
Aquellos que te creerán te verán en el papel, no en este mundo, no, no aquí, pero lo verán en el mundo donde realmente tiene lugar. Porque en las profundidades de la conciencia el Evangelio aún existe. Es una historia eterna, la historia de la Redención, y todos van a experimentarla.
Entonces, en la historia, la Madre preguntaba: “¿Qué está haciendo ahora?” Y ellos regresan y dicen lo que está haciendo y lo que está diciendo ahora. Traen de vuelta la historia de lo que está diciendo.
“¿Y cómo está reaccionando la gente?”
“Bueno, están muy emocionados. La gente habla en términos de revolución. La gente está pensando en términos de todo tipo de violencia, sobre lo que está diciendo”.
Y luego las dos Marías están terriblemente preocupadas, porque el crecimiento espiritual es la transición gradual de un dios de tradición a un Dios de la experiencia. Tenían un dios de la tradición, y él está ahora dando la vuelta a todo el asunto y mostrando un Dios de experiencia.
“Bueno, ¿qué le dijo a la multitud?”
“Les dijo que salió del cielo y vino al mundo, y que se va del mundo y volviendo al cielo”.
“¿Qué más dijo él?” Dijo Maria.
“Luego les dijo que Dios era su Padre. También les dijo que él y su padre eran uno. También les dijo que sus hermanos eran los que hicieron la voluntad del que lo envió, y que su padre lo envió, y su padre es él mismo, y el padre nunca lo dejó.
“¿Dijo eso?” Dijo Maria.
“Sí, eso es lo que está enseñando. La gente se está volviendo loca. Y les dice que todos somos hermanos, y que está ascendiendo a su Padre y a mi Padre, y está ascendiendo a su Dios y mi Dios Y toda la gente está con él, pero las autoridades están en contra de él, pero él habla con con autoridad. Él no habla como los escribas y los fariseos; él habla como cualquiera que habla con autoridad”.
Él sabe, y sabe de lo que está hablando, porque lo ha experimentado. Ahora bien, cuando yo te digo que he experimentado en detalle toda la historia, debo decirle a todos los que me escuchan: Lo crean o no. Aquellos que creen me verán en el papel, no aquí, y aquellos que aquí me conocen muy bien conocen mis debilidades, conocen mis limitaciones, dicen de mí exactamente lo que fue dicho en las Escrituras: “Por qué, lo he visto bajo la influencia del vino; él es un bebedor de vino y un glotón. Es amigo de pecadores, rameras, recaudadores de impuestos”. Y pensarán que es una visión superior, y sin embargo es pura ceguera leer en la vida de Dios elegir alguna pequeñez con la que uno es de alguna peculiar manera familiar.
Los íntimos amigos te conocen bien, y sabían que ocasionalmente tomas demasiado, que te complaces a veces tanto como un glotón, y que tienes amigos que son cuestionables. Son rameras. Son, posiblemente, ladrones, y aún así les dirás cómo usar la Ley de Dios para liberarse ellos mismos de las garras de la ley. Han violado la ley de César, y tú vendrás en su ayuda y decirles cómo orar, como tu padre te enseñó a orar, y que no les fallará. Se liberarán de lo que César les impondría si los atrapara. Y, entonces, eres un amigo de los pecadores, un amigo de la ramera.
Aquellos que conocen tus amistades y tus debilidades físicas, los escucharás decir: “Bueno, ahora lo conozco”, y leerán en la vida de alguien que conocen bien la pequeñez con la que tienen la oportunidad de familiarizarse, y piensan que es una visión superior. Esa es la historia.
Pero, aquí, en mi propio caso: Nueva York, aquí y en Los Ángeles, pero porque estoy en Los Ángeles más a menudo que en cualquier otro lugar, encuentro más testigos allí. Entonces, “¿Qué más dijo él?”.
“Bueno, él les dijo que todo lo que está escrito en las Escrituras acerca de mí, incluso a través de los profetas y la Ley de Moisés, y en los Salmos, deben cumplirse. Y luego les dijo: “Ustedes son mis testigos”.
Ahora, aquí está la historia de una dama a principios de este año, la primera semana de enero. Ella dijo: “Yo me encontré, aparentemente despierta, pero la razón me dice que fue una visión. En el momento en que yo lo experimenté, se parecía mucho a estar despierta. Me encontré en un antiguo puerto romano en tiempos bíblicos. Era casi medianoche, una noche de verano muy, muy calurosa. Había una enorme multitud en sus túnicas con estas luces. Todos tenían estos cirios, avanzando hacia un templo enorme, pero me estaba moviendo en la dirección opuesta. Estaba luchando y peleando a través de esta enorme multitud tratando de llegar a la playa, donde sabía que tenía una cita con alguien en la playa.”
“Estoy luchando y luchando, y cuando me libré de esta enorme multitud, todos se movieron en la dirección opuesta, me encontré, y me sentí, en la playa. Pude sentir la arena. Y aquí un grupo de pescadores, vestidos de oscuro, y todos discutían. En la distancia lejana estaban tres pescadores y un hombre vestido de blanco, y lo instaban a subir al bote y descansar. Luego entró en el bote, se sentó y colocó su cabeza en sus manos, y parecía muy muy cansado. Y comenzaron a empujar el bote al agua, y traté de gritar que esperaran – “espera solo un minuto por mí”, pero estaba tan cansada que no pude ni siquiera decir una palabra con mi voz, y pensé: “¡He fallado por completo!”.
“Entonces el hombre vestido de blanco dijo algo a los tres pescadores, y luego salió del bote, miró hacia el cielo estrellado, y luego se volvió y miró hacia el este, y mientras miraba hacia el este, Neville, ¡eras tú! Ahí estabas. Eras el hombre con el que tuve la cita!. Luego te volviste hacia los pescadores y dijiste: “No, esperaré hasta el amanecer, porque hay otros por venir”.
“Entonces el alivio que sentí de que no había llegado demasiado tarde fue tan abrumador que desperté”.
Bueno, esa es la Escritura. Lo leemos en el libro de Marcos. (Marcos 3: 7, 9) Te digo honestamente que vas a tener esa experiencia. Otros te creerán y te verán en el papel, y todo lo que se dice en las Escrituras acerca de Jesucristo, lo vas a experimentar. Y cuando tú lo digas, porque lo harás, aquellos que te crean cuando les digas te verán en el papel, y aquellos que no te crean no te verán en el papel. Continuarán su viaje, creyendo en un Jesucristo externo. Lo verán como alguien más.
Ella Lo vio, naturalmente, como alguien más, pero también me escuchó decirle que ella también tendrá la experiencia de no solo verse en ese mismo papel y ellos también estarían llegando en esa multitud que se mueve en la dirección opuesta: se están moviendo hacia un templo hecho por el hombre, hecho con manos humanas, y ella se está moviendo hacia un templo no hecho con manos. Y el templo es el Señor resucitado.
Un día vas a tener esta experiencia. Entonces, todas las cosas que se dicen de Él, sabrás -algún día – que son las cosas que se dicen de ti, y lo experimentarás.
Entonces, Juan, que fue el testigo, dijo: “Lo que fue desde el principio, lo que hemos escuchado, que hemos visto con nuestros propios ojos, que hemos visto y tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, también te proclamamos … y escribimos esto para que tu alegría pueda ser completa”. (1 Juan 1:3, 15:11) Él está diciéndote: “Fui testigo de la verdad de lo que Él dijo”.
Entonces, su rostro no apareció en el escenario, porque nadie puede decir: “Yo soy él y solo yo”. El “YO SOY” en todos es el que tendrá todas las experiencias como se indica en el Evangelio, y comienza con la Resurrección. Comienza con este surgimiento dentro de ti, en el sepulcro de tu propio cráneo. Y, entonces, vienes de ese sepulcro, “nacido de arriba” – nacido tal y como se dice en las Escrituras, con testigos para dar testimonio de este fantástico nacimiento sobrenatural. Ese es tu nacimiento. Y luego, repasas toda la historia, pero no solo los cuatro eventos principales que les he mencionado, sino todo lo que se diga de Él se dirá de ti y atestiguado sobre ti por aquellos que te creen cuando cuentas la historia. Entonces, nos dicen quien lo escuchó por primera vez y lo registró por primera vez: se llamaba Pablo. Y los días de Pablo terminaron en su propia casa enseñando de la mañana a la noche, tratando de persuadir a otros sobre la historia de Jesucristo, usando solo la Biblia para apoyar sus argumentos, y algunos creyeron, y otros no creyeron. Y esa es la historia.
Hoy estuve con una muy querida amiga mía durante el almuerzo. Ella nació en la fe mormona, pero se casó fuera de la fe, y sus padres, para salvar su alma, (ya que son muy buenos mormones), la tuvieron casada por poder (por representación) con un mormón que ha fallecido, porque sin un matrimonio mormón, ella no podía ir al cielo. Entonces, tienen un cielo donde hay matrimonio, y tú tienes un compañero. Entonces, ahora está emparejada con alguien que no conoce y que no le importa. Pero ella tiene su propia pareja, que engendró a su hijo. Ella está enojada por su hijo, ellos están enojados por su hijo, y aquí está ahora, según la tradición mormona, está casada por poder para salvar su alma!.
Ella renunció a esa fe y se unió a la fe de la Ciencia Cristiana, y se convirtió en una muy buena practicante. Ella todavía es una practicante. Pero hoy me dijo, “Sabes Neville, me atemorizas. Me has quitado mi Jesús tradicional. Hablas de la imaginación humana como el Señor Jesucristo. ¿No puedes decir Imaginación Divina?
“Bueno, hablo de mi maravillosa imaginación humana, y para mí es divina, sí. Si eso te satisface, la llamaré divina. Pero, ¿Acaso no digo que la imaginación humana es el Cuerpo Divino del Señor Jesucristo?. Bueno, eso debería ayudarte a creer que quiero decir divina, porque ese es el Ser Inmortal, al que llamo “imaginación humana”, para que pueda facilitarle a todo el mundo sentir la realidad de Jesucristo, que está enterrado dentro de él, porque las Escrituras enseñan que “Jesucristo está en ti” (2 Corintios 13:5), y desafía al hombre a probarlo o refutarlo”.
“¿No te das cuenta”, pregunta Pablo, “de que Jesucristo está en ti, a menos que, por supuesto”, dijo, “fracases en cumplir con la prueba?.” (2 Corintios 13:5).
Bueno, si él está en mí, o si tengo un Cristo externo, ¿dónde está él? Te digo que Él es tu mismo Ser. Por eso no puedes verlo. No lo ves como ves objetos. Tu eres la Realidad eso se llama Imaginación. No ves imaginación. Ves el fruto de una imaginación activa. Lo ves en acción y ves el fruto de esa actividad, pero la realidad: tú eres la Realidad llamada Imaginación. “Si digo ‘Jesucristo’ por el concepto tradicional, piensas en un hombre, y piensas en él como algo externo a ti mismo, y te arrodillas y rezas a un dios falso. No hay dios externo a ti. Dios literalmente se convirtió en ti, para que puedas convertirte en Dios! Y el Dios que se convirtió en ti es tu propia maravillosa imaginación humana, y eso es el Cuerpo Divino del Señor Jesucristo, entonces, si eso no te ofende, entonces tómalo, querida.”
Bueno, estaba llena de preguntas. Ella dijo: “En el almuerzo solo iba a preguntarte dos preguntas”. Bueno, las dos se convirtieron en doscientas. Estaba perfectamente bien, solo una después de la otra. Está perfectamente bien, porque la quiero mucho. Tenía tanta hambre de todas las respuestas sobre lo que digo aquí que están en conflicto con su concepto tradicional, que ella se rindió y luego aceptó la fe de la Ciencia Cristiana, que ahora estudia como practicante. Y a ella le encanta; le da un gran consuelo.
Le dije: “Sabes, es una forma positiva de pensar, y es una forma maravillosa de ir por la vida. Ayudas a innumerables personas que recurrirán a ti, pero puedo decirte que no es ciencia ni religión. Ciertamente no es científico, y ciertamente no es religión. La religión es devoción. La religión es un vínculo con la Realidad más exaltada que uno ha experimentado. Entonces qué experiencia tienes con la cual puedes atarte y decir que esa es la religión? La única religión verdadera la encontrarás en el Evangelio. Ese es el cumplimiento de las promesas de Dios al hombre. El evangelio es su plan de redención. Cuando has experimentado el Evangelio, entonces tienes religión. Ahora aférrate en ella como un ligamento. Te has aferrado a ella mucho tiempo. Y, como dijo el poeta:
“La verdad encarnada en un cuento,
Entrará por las puertas humildes”.
Lo escuchas, como lo escuché de niño. Mi madre me enseñó la historia. Fui a la escuela y ellos repitieron la historia, y se convirtió en la historia que acepté como mi fe hasta que sucedió en mí. Luego tuve que reinterpretar las Escrituras a la luz de mi propia experiencia de las Escrituras, y luego voy fuera a contar mi propia experiencia. Y esa es la historia del Evangelio.
“Y, entonces, sucede, y sucederá, a cada ser en este mundo. No hay un hombre nacido en este mundo que, algún día, no lo experimentará”.
Bueno, entonces, ella me dijo: “¿Pero supongamos que muero ahora y no lo experimento?”
No mueres. ¡Realmente no mueres! Lo experimentaré yo si te vas ahora y yo no voy contigo. Yo experimentaré tu muerte, pero no experimentarás tu muerte, porque ni siquiera sabrás que estás muerta. Estás muerta solo para mí, pero no para ti misma, porque estás tan viva en un mundo como este, tan real como este con los problemas que ahora enfrentas. Puedes encontrarte en un papel completamente diferente en lo que respecta al medio ambiente. Pero, puedo decirte que no te encontrarás casada con alguien que ahora es tu esposo por poder. Tu no vas a encontrarte allí en absoluto. El matrimonio promedio en este mundo, si tuviera que perpetuarse para siempre, ¿no estarías viviendo en el infierno para siempre? ¿Por qué crees que tenemos tribunales de divorcio y están haciendo que cada día sea más y más fácil en todo el mundo, porque sin eso para ayudar al hombre aquí, sería un infierno, realmente un infierno. Por hombre, quiero decir hombre genérico. Es igual de malo para la mujer tanto como para el hombre.
Entonces, deseas vivir y quieres estar atada perpetuamente a alguien que ni siquiera conoces, y sin embargo, sé que estás atada a uno con el que has estado durante años y años”, ella es una dama mayor por algunos años, y aquí ha sido feliz, pero no sería así por su concepto de matrimonio; eso sería un representante (el marido por poder) que nunca antes había conocido. Pero ella no lo encontrará. Ella se encontrará en este mundo, y es posible que no se encuentre en el entorno donde está en contacto con su actual esposo. Puede estar casada de nuevo con otro, porque en el mundo al que vamos nos casamos, como se nos dice en las Escrituras. Si deseas encontrar el pasaje, lee el capítulo 20 del Evangelio de Lucas.
Los que no se casan son solo los que han resucitado, porque los resucitados están encima de la organización del sexo y ya no se casan más. ¿Por qué? Porque ya no pueden morir. “Ellos ahora son hijos de Dios, hijos de la resurrección. “(Lucas 20:36) Y no crean bajo una imagen dividida.
Entonces, cualquiera que resucite aquí, en ese momento en el que parte de esta sección, otros lo ven irse y lo llaman muerto. Él no está muerto; tampoco será restaurado a la vida en un mundo como este. Estará en la Nueva Era, y esa era es completamente diferente. Él estará vestido con el Cuerpo Divino. Ese Cuerpo es el Cielo mismo, porque donde quiera que esté, vestido, como estará entonces, está el Cielo, porque nada puede permanecer imperfecto en su presencia. Él pasa y todo lo que es imperfecto mientras camina se vuelve perfecto, no puede permanecer imperfecto. Él es la perfección, y todo en su mundo debe ser perfecto sin levantar un dedo. No levanta un dedo para hacerlo así. No, él pasa y los ciegos ven y el cojo salta. Los brazos que faltan regresan en sus cuencas. Todo se hace perfecto, porque él es perfecto. Eso es el cielo, porque el cielo significa armonía, y donde quiera que vaya, convierte el infierno en armonía, el infierno en cielo.
Pero aquellos que no han resucitado son restaurados a la vida, y todos son restaurados en cuerpos encantadores. Nada imperfecto. Si eres ciego aquí, no vas a seguir ciego. Ya verás perfectamente. Si faltan las extremidades, no faltarán allí. Serás joven, no un niño – joven – unos veinte años, y perfecto, pero para continuar el proceso de envejecimiento. Todos los problemas que te confrontan aquí, te van a confrontar allí.
“estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”, como tú. (Filipenses 1: 6 RSV)
Entonces, Él te revela como el Señor Jesucristo, y Él es tu propia maravillosa imaginación humana, y el cuerpo que usarás será ese Cuerpo Divino del Señor Jesucristo.
Esta es la foto. Entonces, aquí, el retrato familiar es el Evangelio. Es eternamente cierto, y ahora, en este momento y para siempre existe en las profundidades de tu propia alma. Y un día se desarrollará en ti, y todo lo que se diga de Él en el Evangelio, lo vas a experimentar, no como espectador viéndolo de otro, sino como a ti mismo. Y cuando lo experimentes, se lo dirás a otros, y ellos te verán en ese papel. Te verán y luego un día, porque te vieron y tú les has dicho, ellos mismos experimentarán todo lo que tú has experimentado, cómo se dice en el capítulo 14 de Juan:
“Todo lo que he hecho, lo harás, y cosas aún mayores que estas harás” (Juan 14:12), porque “voy a enviar al Espíritu Santo, y Él recordará todo lo que yo te he dicho” (Juan 14:26).
“Él te recordará”: todo se desarrolla dentro de ti. Y luego, le dirás a otros, y ellos te verán en el papel, con todos sus problemas secundarios. Entonces ellos mismos se convierten en testigos de la Verdad, y en ellos todo se desarrolla. Y eventualmente, todos son El Señor Jesucristo. Entonces, al final, ¡no hay nada más que Dios!.
Pero mientras estamos aquí, podemos usar la Ley que nos fue dada. Es una ley simple, y no te fallará. Pero debes creer en Él. Y no puedes creer en el Señor Jesucristo, como en alguien que no sea tu propia maravillosa imaginación humana, no el verdadero Señor Jesucristo. Si quieres resultados, cree en el verdadero Jesús, y el verdadero Jesús es tu imaginación. Y todas las cosas son posibles para la imaginación humana, por lo tanto, todas las cosas son posibles para Jesucristo, entonces, imagínate a ti mismo (tú nombralo). Cree en la realidad de lo que imaginas. Persiste en esa suposición, y esa suposición, aunque en el momento en que la hiciste, es negada por sus sentidos, si persistes en ello, se convertirá en un hecho. En realidad se convertirá en un estado objetivo.
Ahora, ponlo a prueba y ve si esto no es cierto con respecto al Evangelio de Jesucristo. Bueno, si funciona de esa manera, entonces quién lo hizo? Bueno, no puedes negar que lo hiciste. Pues bien, “si todas las cosas son hechas por Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1: 3) y sabes sinceramente que lo hiciste, ¿no eres Jesucristo?.
Si ahora asumo que estoy en otro lugar, y la razón niega que lo estoy, mis sentidos lo niegan, mi billetera niega que incluso pudiera hacer el viaje; si de repente las cosas cambian y me obligan a hacer el viaje, y lo que hice en la imaginación me veo obligado a hacerlo en persona, y yo me encuentro allí en un futuro no muy lejano: no ideé los medios, no construí el puente de incidentes; Crucé ese puente y llegué al punto en el que realmente estaba en imaginación antes del viaje físico, bueno, entonces, ¿quién lo hizo?. Bueno, todas las cosas son hechas por él. Y recuerdo lo que hice, y la memoria no me lo dice, recuerdo exactamente lo que hice, y entonces aquí ahora lo hago físicamente, bueno, ¿no he encontrado a Jesucristo?.
Entonces, cuando lees en las Escrituras, “Lo he encontrado” (Juan 1:45), ¿encontraste qué? “Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: Jesús, el Mesías”. Entonces, ¿dónde está él ahora?. Bueno, “Ven y mira” (Juan 1:46) Y luego subieron al lugar, “y era la décima hora” (Juan 1:39) y se quedaron con él.
Ahora bien, la traducción moderna de la Biblia nos dice que eran las 4:00 de la tarde. !Qué disparate! No tiene nada que ver con las 4:00 de la tarde. Sé el día, en el lenguaje hebraico comienza a las 6.00 a.m. y continúa, pero no son las 4:00 de la tarde. El Profeta quiso decir exactamente lo que dijo cuando mencionó: “Era la décima hora”.
Bueno, en el lenguaje de la Biblia estas horas son significativas, y “diez” no significa cuatro de la tarde. “Diez” es la letra “Yodh”, y la letra “Yodh” tiene el símbolo de la mano. Es la mano creativa, y el símbolo es una semilla; Es la semilla creativa. Hablan de él como carpintero. ¿Qué es un carpintero? Tú y yo pensamos en un hombre con un martillo y clavos, y él construye una casa, o construye una silla; Es carpintero. ¡No en las Escrituras! Un carpintero significa “uno que produce de la semilla”, tal como una madre, como una planta, como la tierra, para nacer, para ser entregado, para dar a luz, saliendo de la semilla.
Bueno, diez significa semilla, entonces, él estaba en el punto creativo, y se quedaron para aprender la historia de la creación. Entonces, vinieron a él, y como era la décima hora, se quedaron y no se fueron. ¡Y dicen que son las 4:00 de la tarde! No tiene nada que ver con ningún 4:00 de la tarde! Esto llega al punto donde ahora van a discutir la Creatividad de Dios. Son las diez: la hora son las diez. Y aquí está la semilla, y así es como funciona.
¿Cuál es la semilla? Dime qué quieres. Eso es una semilla.
Bueno, ¿cómo la planto?
¿Cómo se planta? ¿Cómo sería? ¿Cómo sería el sentimiento si fuera cierto que lo tuvieras? Así es como la siembras.
Luego me convierto en carpintero y construyo desde cero. Realmente construyo a partir de la semilla, la semilla siendo mi deseo, mi esperanza, mi anhelo. Asumo que soy lo que en ese momento de suposición mi razón y mis sentidos niegan. ¡Pero me atrevo a asumirlo! Bueno, ese es el carpintero. Entonces fueron a la casa del carpintero, y era la décima hora, y él les muestra el secreto de traer cosas como lo harías de la tierra, de la mujer, de la planta. Bueno, debe haber una semilla allí. La semilla es lo que quieres, tu deseo.
Y, entonces, en la versión moderna lo tienen traducido a lo que se llama el inglés moderno y lo llaman las 4:00 p.m. o las 4:00 en punto de la tarde. Te perderás todo el misterio de las Escrituras si comienzas a hacer eso con las palabras de las Escrituras. Estos significados son únicos, y son para siempre. Y no puedes cambiarlos.
Aquí hay uno contado en el libro de Juan. Dicen que Juan no contó del nacimiento. Dicen que solo Mateo lo contó, y luego Lucas lo contó, así que Mateo y Lucas nos cuentan del nacimiento de Dios, con el símbolo de un niño que significa que Dios nació. Pero, ¿dónde está en los otros evangelios? Bueno, aquí está al final de Juan. Vinieron a la tumba, y no encontraron el cuerpo del Señor, porque él fue resucitado. El Señor resucitó, pero encontraron la ropa de lino, y luego encontraron la servilleta (el sudario), acostado no con la ropa de lino, sino separado de la ropa de lino. (Juan 20:3-7) cuando tú lees eso y comienzas a traducirlo al inglés moderno, no saben de lo qué están hablando.
La “ropa de lino” simboliza el cuerpo físico, del que se fue. Lo verás cuando tu salgas. Pero, ahora, ¿qué es la servilleta? La servilleta en la antigüedad tenía muchos más significados que hoy. Hablamos de una servilleta, una servilleta de cóctel, una servilleta sanitaria, pero en el mundo antiguo, la servilleta significaba la placenta, el parto. Si veo el símbolo del parto, entonces tuvo lugar un nacimiento!.
¿Qué sucedió? Veo la evidencia de un nacimiento; Veo la servilleta. ¿Qué nació aquí? Dios nació! ¿Dónde nació el? De esa cosa que llamas ahora “ropa de lino”. Eso lo envolvió. Ahora bien, ¿dónde estaba la servilleta? Bueno, la servilleta no estaba alrededor de los lomos de una mujer, la servilleta estaba alrededor de su cara; Ahí es donde nació. Salió de su cráneo; salió de su cabeza. No salió de los lomos de una mujer, del vientre de una mujer. Entonces, aquí encontramos la servilleta, la placenta, el parto, lo que significa que aquí nació algo grandioso este dia, y porque era una servilleta, y la servilleta cubría su rostro, fue fuera del cráneo donde ese nacimiento tuvo lugar.
Si intentas cambiar eso al inglés moderno, lo arruinarás. Toda esta historia es eternamente cierta, ¡y todo se trata de ti!.
Él les dijo: “Todo lo que está escrito sobre mí en la Ley de Moisés, y los profetas, y los Salmos deben cumplirse”(Lucas 24:44) y “Ustedes son mis testigos” (Isaías 43:10). Él dijo: “Subiremos a Jerusalén, y todo lo que esté escrito sobre el Hijo del Hombre será cumplido” (Lucas 18:31)” …pero ellos no entendieron esto” (Lucas 18:34). Estaba más allá de su comprensión.
Él va a subir a Jerusalén. Jerusalén está arriba: el cráneo. “Yo” voy a subir ahora, y todo eso es dicho sobre mí, en la Ley de Moisés, y los Profetas y los Salmos, se cumplirán – a su tiempo. Él les explicó el misterio de las Escrituras.
Entonces, aquí, te digo: Jesucristo es el patrón de comportamiento del hombre. No esperes verlo en el exterior. Él es el patrón de comportamiento: un patrón que está enterrado en cada hombre, y ese patrón contiene el plan de redención. Entonces, cuando el patrón comienza a erupcionar en ti, como una semilla en erupción en la tierra, entonces todo está comenzando a desarrollarse, y todo lo dicho allí vas a experimentarlo.
Entonces, Pablo advierte a las personas a las que escribe, especialmente a su amigo Timoteo, y les dice: “Sigue el patrón de las palabras verdaderas que has escuchado de mí. Guarda la verdad que te ha sido confiada por el Espíritu Santo que mora en nosotros” (II Timoteo 1:13, 14).
Tú guardas esta verdad, que has escuchado. Todo está dentro de ti, y si estás tentado a voltear al exterior a algún dios externo, recuerda estas palabras y regresa y pasa al Único Verdadero Dios, y el único Dios verdadero es tu propia maravillosa imaginación humana. Ese es el inmortal Tú que no puede morir!. Que sobrevive a cada golpe del mundo. Que sobrevive a la tumba. Sobrevive todo; No puede morir.
Si murieras esta noche a la edad de cien años y te hubieras ido completamente físicamente y demente, no serás demente después de la partida del Tú inmortal. Se restaurará a sí mismo en un cuerpo nuevo, un cuerpo joven, sin pérdida de facultad, sin pérdida de nada, pero aún continuando el viaje que es necesario hasta llegar a ese punto en Jerusalén donde estalla la cosa dentro ti, y luego “naces de lo alto”.
Entonces, “¿Qué está haciendo ahora?”, preguntó la madre.
Y, entonces, Santiago, el hermano, respondió, y luego Simon respondió, y Peter respondió. Y trajeron todos esos informes. Pero Él nunca es visto, porque Él es el Tú Invisible. ¿Puedes ver tu imaginación? Puedes ver el fruto de sus esfuerzos, pero no puedes ver la imaginación. Mira a tu alrededor. Todo aquí fue alguna vez solo imaginado. Entonces, ves los resultados de una actividad imaginaria, pero no ves imaginación. Él es el Dios invisible. Entonces, viene a nosotros como un desconocido, uno que es invisible, pero uno que, de alguna manera misteriosa, deja que el hombre experimente Quién-Es-Él. Entonces, cuando experimentas quién es Él, es tu Ser, y no hay otro.
Como se nos dice: “A menos que creas que yo soy él, morirás en tus pecados” (Juan 8:24) a menos que tú creas que YO SOY es Él, mueres en tus pecados.
También dijo: “Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58) y luego lo apedrearon con los “hechos de la vida.”
“¿Todavía no tienes cincuenta años y estás antes de Abraham?”
No, este guión no tiene puntuación en el guión original. Léelo con puntuación; Pon la puntuación diferente:
“Antes de que Abraham fuese” [lo puso] “Yo soy”. Pónlo ahora: “Antes de Abraham” – “Antes de Abraham, (coma) era YO SOY”. Nada lo precede. Nada precede a “YO SOY”, porque ese es el nombre de Dios por siempre y para siempre y para siempre. Nada vino antes, porque no tiene precedentes. Él es sin padre, sin madre, sin padre ni madre; Él es el origen de todo. Él no se originó de algo diferente a Él mismo. Él es el origen de todo. Entonces, “Antes de Abraham, (coma) era YO SOY” (Juan 8:58).
Ahora, podemos hacerlo más sensato: “Antes de Abraham, era Yo Soy”. Muy bien, eso está perfectamente bien, pero esto lo cambia un poco. “A menos que creas que yo soy Él, morirás en tus pecados”. (Juan 8:24) Es decir, te quedas sin dar en el blanco. Bueno, si crees que YO SOY es tu propia maravillosa imaginación humana, entonces no te puedes perder la marca, porque, “Todas las cosas son posibles para Él” (Marcos 9:23) y tú simplemente imaginas el estado deseado, persistes en ese estado imaginario y ocurrirá.
Entonces, la historia, como se nos dice en las Escrituras, es eternamente cierta. Nadie puede cambiarlo. No añadas a las palabras de este libro; no le quites ni le agregues. Sin embargo, el hombre continúa por siempre y para siempre cambiándolo, añadiéndolo, intentando darle sentido. Tiene sentido, si has tenido la experiencia. He tenido la experiencia, y no trataría de alterar una palabra. He tratado de poner en su marco original cuando encuentro traducciones que no son ciertas. Encuentras inserciones en él. Encuentras interpolaciones que no deberían estar allí. Pero algunos intentan, demasiado celosos, poner sus propias creencias en él, lo que él cree que el escritor debería haber dicho.
El “Retrato familiar” es tu retrato. Se trata de ti, como se te dijo en el Salmo 40: “En el volumen del libro, se trata de mí”. (Salmo 40:7)” No contuve mis labios; Le dije a la gran congregación. Les dije a todos que todo se trataba de mí”. (Salmo 40: 9)
Y ahora, lo escribes y, puedo decirte, tampoco puedes contener el impulso de contarlo. Cuando te sucede, no puedes contenerlo. Te vuelves como Jeremías, y luego dices: “No lo mencionaré, o hablaré más en su nombre. Hay en mi corazón como si fuera un fuego ardiente establecido en mis huesos. Y estoy cansado de retenerlo, y no puedo” (Jeremías 20: 9)
No puedes retenerlo. Simplemente se derramará y lo dirás. No importa dónde estés – puedes estar parado en un bar; se te presentará la oportunidad de contarlo. Lo contarás mientras estás bebiendo en un bar. No puedes guardarlo. Es como un “fuego ardiente”, y lo dirás, y no te importa donde estés.
¿Vas a la iglesia para contarlo? ¡Eso no es más sagrado que estar parado en un bar! Si alguien te dice que es un lugar más sagrado, olvídalo. Dondequiera que estés es santo. Y cuando naces desde adentro y “Nacido de arriba”, ¿a dónde podrías ir que sea más sagrado que donde estás? No tienes que ir a una iglesia para sentirte más santo, o a algún templo. Dondequiera que estés es suelo santo.
Entonces, la gran historia, este “Retrato familiar”, estaba correcta, porque Aquel de quien hablaron no fue visto. Solo escucharon la historia de Él.
“¿Y qué está diciendo ahora? ¿Qué está haciendo ahora?” Y trajeron el informe de lo que él decía, y la madre se retorció las manos. Le preocupaba que se dijera de esa manera, porque debe decirse de manera que pueda “entrar por las puertas humildes”. Entonces, tú lo dices en forma de una historia, pero eventualmente tienes que descubrir la verdad de esa historia y quitar la cubierta. ¿Acaso no se nos dice en las Escrituras que “Abraham tuvo dos hijos; uno de un esclavo y otro de una mujer libre. (Gálatas 4:22) “Ahora”, dijo Pablo, “esta es una alegoría” (Gálatas 4:24, RV)
Una alegoría es una historia contada como si fuera cierta, dejando al que la escucha descubrir su particular personaje y aprender su significado. Porque, si es una alegoría, y Abraham comienza la genealogía en la historia de Mateo: bueno, entonces, si el origen es una alegoría, ¿cuál es el final? El final de toda la genealogía es Jesús.
Empiezas con Abraham. Abraham era el padre de Isaac, e Isaac el padre de Jacob, y Jacob el padre de Judá y sus hermanos, y hasta el final, culminando en Jesús. Ahora, Pablo, el primero de todos los escritores del Nuevo Testamento, nos cuenta que la historia de Abraham y Sarah es una alegoría. Bueno, si eso es una alegoría, entonces tiene que ser así. Por lo tanto, descubre de qué se trata la historia. Porque, una alegoría es simplemente una gran verdad oculta, por lo tanto descubre el personaje ficticio de la historia y aprende su significado.
Sea lo que sea, una alegoría: para empezar, todos los finales son fieles a los orígenes: si el origen es una alegoría, el final lo es. Entonces, descubre lo que está tratando de decirte. Bueno, está tratando de decirnos nuestra historia. ¡Y todo el drama se desarrolla dentro de nosotros, y tú eres el Señor Jesucristo!.
Todo niño pequeño nacido de mujer: su verdadera identidad es el Señor Jesucristo. Y se le enseña, al principio, para encender su propia identidad exterior, y él adora una sombra, porque tiene que girar hacia su interior para encontrarlo, y ni siquiera puede estar cerca, porque la cercanía implicaría separación. Ni siquiera está cerca. ¡Es su propio ser!. Ahora bien, ¿qué está tan cerca que ni siquiera está cerca del hombre? ¿A dónde podrías ir si no estás en Imaginación? ¿A dónde podría ir un hombre que no está en la imaginación?
He visto este cuerpo aparte de mí, pero no importa a dónde vaya, no puedo alejarme de mi imaginación. Salí de este cuerpo y lo vi en una silla; Lo he visto en la cama en un estado de catalepsia, y lo vi como algo distinto de mí mismo. Pero no puedo ir a ningún lugar donde yo soy distinto del ser; donde quiera que esté, bueno, ahí es donde Yo Soy; esa es mi realidad, y esa es mi imaginación.
Ni siquiera puedo reclamar mi imaginación. Soy la Realidad llamada imaginación. Y, entonces, no puedo ir a ningún lugar y alejarme de esa realidad. Bueno, puedo alejarme de esto [indicando el cuerpo físico], y si puedo escapar de esto, esta no es mi realidad. Cualquier cosa de la que pueda moverme y verlo como algo diferente a mí mismo no puede ser ese Ser básico que soy.
Un hombre puede ser pobre hoy y rico mañana, por lo tanto no es ni pobre ni rico. Estos son atributos a los que puede aplicar una ley para serlo: identificarse con la riqueza y convertirse en alguien rico. Pero mañana, por un cambio de actitud, puede volverse pobre. Por lo tanto, la riqueza no era su realidad. No era un verdadero ser; era solo un atributo. Por lo tanto, la pobreza no es verdad, porque él puede alejarse de la pobreza, pero no puede alejarse de su verdadero Ser, que es YO SOY.
No puede alejarse de la imaginación. No importa a dónde vayas en el mundo, “Yo” estoy allí, por lo tanto puedes decir: “Yo estoy (Yo Soy) contigo siempre, incluso hasta el final de los tiempos” (Mateo 28:20). No puedes alejarte de eso.
Puedo ser una gran cosa: banquero, artista, cualquier cosa, pero puedo alejarme de eso. Por lo tanto, eso no es mi realidad. Pero no puedo escapar de esta Realidad que se llama Imaginación.
Ahora bien, por experiencia propia, les digo que la historia eterna, ese “Retrato familiar”, tal como se da para nosotros en el Evangelio, es eternamente verdadero y aún existe en las profundidades de la conciencia, y eso es el Ser que realmente eres. Esa es tu historia. Esa es tu real y verdadera autobiografía. Y tú vienes a este mundo de muerte para vencer a la muerte, y la superación de la muerte es la recreación dentro de ti de la historia contada en el Evangelio acerca de tu verdadera identidad, que es Jesucristo.
Ahora, entremos al silencio.